Había una vez una niña llamada Camila, tenía 14 años y esperaba con ansias sus 15 años, ya que sus padres le enviarían a un crucero de quinceañeras.
LLegó el día del crucero y ella muy emocionada, se despidió de sus padres y entró al crucero.
Ya instalada, fue a dar un paseo, cuando se encontró al chico más lindo que sus ojos habían visto.
El le preguntó: Cómo te llamas?,
ella respondió: Camila,
él dijo: Mucho gusto, Camila, yo me llamo Raúl.
Al final del día, Camila fue a su habitación para descansar y cuando se despertó y se levantó, vió que debajo de su puerta había una rosa azul y una nota que decía: " Para la niña más linda que mis ojos han visto" de Raúl.
Extrañada, pero emocionada, empezó a saltar de alegría en su habitación.
Cuando Camila bajó al gran salón, allí estaba Raúl, pasaron todo el día juntos hasta la noche, que Raúl acompañó a Camila a su habitación y se despidieron con un beso.
Hasta que llegó el último día, Camila estaba muy emocionada porque iba a bailar el vals con Raúl, al cuál, nunca más iba a volver a ver.
Cuando todo terminó, Raúl y Camila subieron a la habitación y Camila segura de su amor por Raúl, se entregó en cuerpo y alma.
Le regaló lo más importante de su vida; " Su virginidad".
Cuando se despertó, Raúl no estaba, pero había un cofre de plata con unas flores azules talladas y una nota que decía:
"Lo pasé bien anoche, por favor, abre este cofre cuando estés en tu casa. Raúl."
Cuando Camila llegó a casa, abrazó a sus padres y de inmediato fue a su habitación, recordando el cofre de Raúl.
Cuando abrió el cofre, una lágrima rodó por su mejilla.
En el cofre había una " flor negra", toda marchita; al lado de la flor, había una nota qe decía: