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lunes, 15 de junio de 2020

La virtud más grandiosa del amor es la paciencia y la abnegación, más cuando es correspondido por la comprensión de tu amado.


El origen de la mano de Fátima.

Hay muchas leyendas y versiones de la mano de Fátima, la más aceptada y generalizada es que Fátima (la hija del profeta Mahoma) estaba muy ocupada en la cocina preparando la comida cuando su marido, el imán Alí, llegó inesperadamente.

Al oírlo, Fátima fue a recibirlo. Sin embargo, quedó fuertemente decepcionada y triste al ver que su esposo llegaba acompañado de una bella y joven concubina (recordemos que en la cultura marroquí esta permitida la poligamia siempre y cuando la puedas pagar,..). Prudente, Fátima guardó silencio y, atormentada por los celos, regresó a la cocina. Abordada por la tristeza y la desesperación, no prestó atención a lo que estaba haciendo: tenía una olla al fuego con caldo hirviendo y, más atenta a su tristeza que a lo que estaba haciendo, metió la mano dentro y empezó a remover la sopa.

Tan absorta estaba en su tristeza que no sintió dolor alguno pero Alí vió lo que estaba haciendo y, horrorizado, se abalanzó sobre ella gritando.

Fue entonces cuando Fátima se dio cuenta de que se estaba quemando la mano y la sacó de la olla. Alí le cuidó la mano y al día siguiente, admitió que había pasado la noche con la joven concubina. Esa misma noche, Fátima espió a Alí por la noche y vió como iba a la habitación de la joven otra vez. Ella le siguió y les espió por la rendija de la puerta, al ver como su marido besando a la otra mujer, una lagrima bajó por su mejilla. Alí, de repente, sintió una gran tristeza en el corazón y una lagrima bajó por su mejilla.  Al darse cuenta del amor que sentía por su mujer y el dolor que le estaba causando, dejó a la joven concubina.

Desde entonces, la mano de Fátima se convirtió en un símbolo importante en el mundo musulmán ya que representaba la paciencia y la abnegación.

Otra versión, escuchada únicamente en la región de Chaouen, cuenta que cuando su esposo Alí se disponía a ir la batalla, ella le impuso su mano y rezó por él para protegerlo. Al salir felizmente victorioso de la batalla entendió que la mano de su esposa y su bendición lo había protegido y por eso no recibió daño alguno.

Muchos de estos amuletos tienen un ojo en él el cual suele ser azul, llamado «el ojo turco» también del que dicen que protege contra el mal de ojo y que por tanto multiplica el poder del talismán.
En el mundo árabe es típico que si el amuleto es grande, lo cuelguen en la puerta de la casa para proteger a la casa y a todos sus habitantes. Las mujeres también suelen usar este símbolo en colgantes y pendientes.

La mano de Fátima o «hamsa» suele ser una mano de cinco dedos, reflejo de las cinco virtudes, mirando hacia abajo y las más grandes suelen contener escrituras del Corán aparte del ojo.

domingo, 16 de febrero de 2020

"Cada cosa que amas, es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“


Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia muy insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca.
Kafka se ofreció a ayudar a buscar a la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:

- “Por favor no me llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras ...“

Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca . La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente se veía diferente de la muñeca original. Una carta adjunta explicó:
-"Mis viajes
me han cambiado …"

Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca . En resumen, decía:
"Cada cosa que amas, es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“.

Franz Kafka

domingo, 26 de enero de 2020

No te enamores de mi


Aunque mi subconsciente busque el amor.
Yo huiré de eso. Y es posible que alguna de las veces en las que me mires y te brillen los ojos, piense que tal vez eres tú.
He buscado al amor de mi vida en millones de miradas desconocidas.
Y si estás escuchando esto es porque todavía no lo he encontrado.
Yo no creo que el amor sea algo para probar con cualquier físico.
Creo que se encuentra en la purpurina de las miradas, que necesitan lo que a ti te sobra.
Si algo he aprendido, es que el amor es aquel que sobrevive a la muerte de las mariposas.
De hecho hay un estudio que dice que el " preamor" dura una media de uno y dos años.
A lo que queda, se le llama Amor. Si no, pasas a ser otra colección de la lista de caprichos que tuviste y se pasaron de moda.

Pero creo que todavía no estoy preparada para apostar por esas mariposas. Por eso no
quiero compromisos.
Así que no te enamores de mi. De verdad. No lo hagas.
No lo hagas porque aunque me muero de ganas de que lo sientas, y me hagas sentir aunque solo fuera por una puta vez algo normal.. tarde o temprano lo acabaré haciendo.

No podré darte todo el tiempo que mereces.
Algún día querrás ir a tomar algo y yo estaré demasiado ocupada.
De repente empezarás a querer hacer una rutina conmigo y te diré que estoy liada, que lo siento que tal vez la semana que viene.
Tarde o temprano me darás a elegir. Y tendré que decirte adiós.
Aunque la verdad sea que me muero de ganas de que alguien comprenda estas líneas y
me de lo que necesito.
Lo siento, aprendí a amar así.
Por eso decidí protegerme en una ocupación constante.
Porque si no inviertes tiempo en algo que te pueda romper, no te romperá nunca.
Quizás eso le pasó al que me enseñó a hacerlo.
Soy nocturna. No las que se emborrachan y salen todas las noches.
Pero si de las que se entretienen mirando la luna y se inspiran de madrugada.

Dudo que tengas ganas de un polvo a las 3 de la mañana.
Así que, lo siento. Por eso no te enamores de mi.
No cometas el mismo error que yo hice. De verdad. Es una putada.
No quiero que te enamores. Pero quiero compartir mi tiempo contigo.
No quiero que seas mío ni yo ser tuya.

No quiero que haya un nosotros, ni ningún tipo de vínculo que pueda hacernos llorar a largo o corto plazo.
Ahórrate demostrarme que eres el putoamo o que soy una más de tu lista.
No quiero saberlo, ¿pero sabes que si quiero?
Quiero MAGIA.
Quiero que me vuelvas loca.
Que me lleves a diez mil kilómetros surcando carreteras perdidas.
Que suene Daughtry porque es lo que tiene que sonar.
Y como buen traficante de adrenalina quiero que seas mi droga.
Que me escondas el alma en el estómago y la saques de paseo en cada suspiro.
Quiero hacerte especial y serlo para ti también.
Porque no soy de ir de cama en cama y de boca en boca.
Que no. No somos menos importantes. No es menos importante nuestra química, por no
ser el amor de nuestra vida.
Prometo escucharte, abrazarte, mirarte suave y follarte.

Solo te pido que no me hagas daño.
No me muerdas el corazón y no intentes de mi enamorarte.
Pero sobretodo... Sobre todas las cosas.
Quiero ser la loca, de la que te acuerdes cuando tus nietos te pregunten:
Abuelo, crees en la magia?
Y si. Tal vez me hagan falta los domingos en compañía.
Pero me sirve con que seas un enamorado de la vida.
Quiero un loco. Un loco que me de caña. Que me inspire. Que me vuelva más loca o
menos cuerda.

Pero cielo, no te empeñes en enamorarme porque esta niña ya no cree en el amor.
Aunque si quieres, puedes probar y demostrarme que no eres el capullo que creo que
eres.

Y así, tal vez pierda.

Y con suerte tú… acabes ganando.

domingo, 19 de enero de 2020

En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da




Un anciano conoce a un joven quien le pregunta:

- ¿Se acuerda de mí? Y el anciano le dice que NO.

Entonces el joven le dice que fue su alumno. Y el profesor le pregunta: - ¿Qué estás haciendo, a qué te dedicas?

El joven le contesta: "Bueno, me convertí en Profesor."

- Ah, que bueno ¿como YO? (le dijo el anciano)

- Pues, sí. De hecho, me convertí en Profesor porque usted me inspiró a ser como usted.

El anciano, curioso, le pregunta al joven qué momento fue el que lo inspiró a ser Profesor.

Y el joven le cuenta la siguiente historia:

- “Un día, un amigo mío, también estudiante, llegó con un hermoso reloj, nuevo, y decidí que lo quería para mí y lo robé, lo saqué de su bolsillo.
Poco después, mi amigo notó el robo y de inmediato se quejó a nuestro Profesor, que era usted. Entonces, usted se dirigió a la clase:

- El reloj de su compañero ha sido robado durante la clase de hoy. El que lo robó, por favor que lo devuelva.

No lo devolví porque no quería hacerlo.

Luego usted, cerró la puerta y nos dijo a todos que nos pusiéramos de pie y que iría uno por uno para buscar en nuestros bolsillos hasta encontrar el reloj.

Pero, nos dijo que cerráramos los ojos, porque lo buscaría solamente si todos teníamos los ojos cerrados.

Así lo hicimos, y usted fue de bolsillo en bolsillo, y cuando llegó al mío encontró el reloj y lo tomó.

Usted continuó buscando los bolsillos de todos, y cuando terminó, dijo: 'Abran los ojos. Ya tenemos el reloj'.

Usted no me dijo nada, y nunca mencionó el episodio. Tampoco dijo nunca quién fue el que había robado."

Ese día, usted salvó mi dignidad para siempre.

Fue el día más vergonzoso de mi vida.

Pero también fue el día que mi dignidad se salvó de no convertirme en ladrón, mala persona, etc. Usted nunca me dijo nada, y aunque no me regañó ni me llamó la atención para darme una lección moral, yo recibí el mensaje claramente.

Y gracias a usted entendí que esto es lo que debe hacer un verdadero educador. ¿Se acuerda de ese episodio, Profesor?

Y el Profesor responde: "Yo recuerdo la situación, el reloj robado, que busqué en todos, pero no te recordaba, porque yo también cerré los ojos mientras buscaba."

Esto es la esencia de la decencia. Si para corregir necesitas humillar; no sabes enseñar